Una historia de amor, capuchino y una pizca de magia: la creación de Serviceform
Todo empezó con una taza de café y un gran sueño. Un sueño para convertir una idea en dinero.
El viaje en pocas palabras
Los inicios de Serviceform se remontan a marzo de 2016. En una pequeña esquina de un centro comercial del CBD de Melbourne (Australia) había un atractivo carrito de café. En su interior estaban nuestros fundadores, Jarkko Oksanen e Iranthi Gomes.
Eran extranjeros: un finlandés y una esrilanquesa en Melbourne. Todo lo que tenían era un sueño. El sueño de crear algo desde cero. Y lo hicieron.
En 2016, Jarkko era desarrollador web en MeetingPackage. Iranthi era una estudiante universitaria que trabajaba a tiempo parcial como encargada de una tienda de comestibles. Seis años después, en 2022, sus fotos aparecieron en periódicos de todo el mundo cuando consiguieron una inversión de 2 millones de euros para su propio negocio. ¿Cómo lo consiguieron?
Una conexión mágica
Su secreto es que siempre se han preocupado por las personas. Siempre serán amigos de sus clientes, tanto si quieren un capuchino normal como un CRM complejo. La razón principal por la que Iranthi y Jarkko crearon Serviceform es que no quieren que la gente se sienta intimidada por la tecnología.
"Somos amigos de la persona que no sabe mucho de tecnología", dice Iranthi. "Queremos quitarles el miedo a la tecnología".
Cuando Iranthi y Jarkko se conocieron en un pub de Melbourne, Jarkko quería hacer algo distinto a su experiencia en desarrollo web. E Iranthi siempre había querido crear su propio negocio.
La pareja no tardó en darse cuenta de que tenían una química mágica, ya que ambos compartían un interés común por el mundo mágico de Harry Potter.
Wheelys florece en Melbourne
Montaron un negocio de café llamado "Wheelys Melbourne" en el CBD de Melbourne. Primero montaron el negocio en un centro comercial local y al principio apenas les salía rentable. Pero siguieron insistiendo hasta que un día, una clienta les preguntó si podrían llevar el carrito de café a su fiesta de cumpleaños. Y la clienta se ofreció a pagar por horas.
Más clientes, mayor volumen de trabajo
Fue entonces cuando saltó la chispa de una idea en la cabeza de Iranthi. Se dio cuenta de que es mucho más rentable cobrar por horas que por el número de tazas de café vendidas. Así que empezó a aceptar trabajos. Y fue entonces cuando los conocimientos técnicos de Jarkko resultaron útiles. Consideró que, de todos los negocios de café de Melbourne, Wheelys Melbourne tenía el mejor juego de SEO.
Eso les ayudó a situarse en el mapa a los pocos meses de empezar el negocio, y entonces empezaron a conseguir reservas para grandes eventos corporativos y otros actos sociales. Iranthi dijo que, sin los conocimientos técnicos de Jarkko, les habría llevado mucho más tiempo afianzarse en el negocio.
Pero con la alta demanda llegaron otros problemas. Se dieron cuenta de que, con sólo un par de personas en el centro de contacto, empezaban a perderse muchas reservas. Además, perdían tiempo al teléfono hablando con clientes inadecuados.
El momento Eureka
Para asegurarse de no perder un cliente valioso y evaluar mejor a sus clientes, Jarkko creó un formulario dinámico. Era un formulario que permitía a los clientes obtener más información sobre Wheelys respondiendo a unas sencillas preguntas. Esto ayudó al equipo de Wheelys a delimitar sus clientes potenciales y a ponerse en contacto únicamente con clientes cualificados, ayudándoles a aumentar su eficacia.
"Era un buen equilibrio", dijo Jarkko. "Yo aporté muchos conocimientos técnicos e Ira aportó el aspecto de las relaciones públicas y el conocimiento del sector de la hostelería".
Saliendo a la naturaleza
Fue entonces cuando Jarkko e Iranthi se dieron cuenta de que la mayoría de las empresas de todo el mundo también se beneficiarían mucho de tener ese equilibrio adecuado: entre tecnología y relaciones públicas. Se dieron cuenta de que había un mercado abierto para su producto y decidieron vender Wheelys, convirtiendo finalmente la forma dinámica en un negocio. Así, a principios de 2018, nació Serviceform.
Serviceform es el Jarkko de tu Iranthi: somos un socio para las empresas sin conocimientos tecnológicos.
El 11 de marzo de 2018, la pareja consiguió su primer cliente: El centro de juegos de rol Totcity de Hampshire, Inglaterra. Totcity sigue siendo cliente de Serviceform hasta la fecha.
"Louise, de Totcity, fue la primera clienta", dijo Iranthi. "Cuando me dijeron que iban a pagar por nuestro producto, pregunté: 'Espera, ¿nos vais a pagar 35 dólares al mes?'. Me quedé como ¡wooooooowww! Louise se convirtió en mi amiga. Tenía mi número de WhatsApp y le aseguré que estaríamos ahí para ella 24 horas al día, 7 días a la semana".
Arrasando en el mundo
Después, la pareja se trasladó a Barcelona y contrató a su primer empleado. Daniel Aguilón, que ahora es el country manager de Serviceform en España, se incorporó a serviceform en marzo de 2019. Unos meses después, Jarkko e Iranthi llegaron a Sri Lanka para establecer una segunda oficina y, de paso, también estaban planeando su boda.
"Recuerdo que muchos de mis amigos decían que me preocupaba más de mi negocio que de la boda", dijo Iranthi. "Estábamos más ocupados entrevistando y fijando una fecha de lanzamiento que planificando la boda.
La fecha de lanzamiento de la oficina de Sri Lanka fue una semana antes de nuestra boda". A partir de ahí, la empresa siguió creciendo. En cuatro años, Serviceform ha conseguido tener más de 300 clientes a bordo, con una media de 263 euros mensuales por cliente. Y en enero de 2022, el capital riesgo BackingMinds invirtió 2 millones de euros en Serviceform para su expansión mundial. Este no es el final de su historia. Serviceform es una empresa en constante crecimiento con muchas más historias emocionantes por venir. En 2023, ¡seremos una empresa de 62 personas!
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